Las Islas Galápagos son mucho más que un paraíso de biodiversidad; son el escenario de uno de los descubrimientos científicos más trascendentales de la historia. En 1835, un joven naturalista llamado Charles Darwin llegó a este archipiélago y, sin saberlo, estaba a punto de cambiar nuestra comprensión de la vida en la Tierra.
En este artículo, exploramos el impacto de la visita de Darwin a Galápagos, sus observaciones y cómo estas islas siguen siendo un laboratorio viviente de evolución.
Durante su viaje a bordo del HMS Beagle, Darwin arribó a las Islas Galápagos en septiembre de 1835. En su recorrido, notó algo peculiar: las especies animales variaban ligeramente de una isla a otra, lo que despertó su curiosidad científica.
Estas observaciones fueron la base de su teoría de la evolución por selección natural, publicada años después en El origen de las especies (1859).
Algunas de las islas más significativas en la investigación de Darwin incluyen:
Más de 180 años después de la visita de Darwin, las Islas Galápagos siguen siendo clave para la investigación científica.
Si quieres revivir la experiencia de Darwin, aquí tienes algunas formas de explorar las islas:
Las Islas Galápagos no solo cambiaron la historia de la ciencia, sino que siguen siendo un destino imprescindible para quienes buscan comprender la evolución en acción. Explorar este archipiélago es una oportunidad para conectar con la naturaleza y seguir los pasos del gran Charles Darwin.
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